La tecnología y el estudio se dan la mano en la actualidad, y es que la primera constituye un pilar fundamental del segundo, me atrevería a decir que hasta la base.
Se suele pensar que los jóvenes no son capaces de distinguir entre estudio y hobbie al utilizar el móvil, la tablet o el portátil. Pero es demostrable que ese pensamiento es erróneo, ya que cada vez nacen más programas para organizar nuestros estudios individualmente o compartirlos con nuestros profesores.
Estas nuevas aplicaciones no hacen otra cosa que ayudarnos mejorando nuestro rendimiento académico (nos aportan claridad, rapidez...).
Con respecto a la utilización de las nuevas tecnologías en los centros de educación, debería existir una mayor libertad, porque está comprobado que con ellas se trabaja mejor y pueden resolver casi cualquier duda que surja. Hoy en día es imposible decir "no" a las nuevas tecnologías.
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